Uno de los logros del cortometraje animado ‘Lava’, que precede por estos días la película ‘Intensa-mente’ (‘Inide Out’), que se presenta en las salas del país, es contar una historia de tres millones de años en tan solo siete minutos.
Para lograrlo, su creador, el director James Ford Murphy, que lleva más de 18 años trabajando para los estudios animados Pixar, le contó a EL TIEMPO, que la idea se remonta 25 años atrás, cuando pasó la luna de miel, con su esposa, en Hawái.
“Desde niño, yo había sentido una extraña fascinación por las islas. Pero cuando pisé Hawái, sentí algo inexplicable: su belleza, su cultura; además yo no sabía ni siquiera que podían existir volcanes activos”, explica el director, en cuyo cortometraje cuenta la historia de amor de dos volcanes, que gracias a los cambios geológicos de millones de años de la Tierra, terminarán unidos por siempre.
“Como ustedes habrán oído, dentro del programa de cortometrajes de Pixar, siempre que vayas a presentar una idea, debes llegar con tres ideas concretas de historias. Y cuando me decidí hacer parte de este programa, una cosa sí tenía muy clara: iba a hacer historias que realmente amara. Era la única manera en que podían salir”, cuenta James Ford Murphy, al agregar cómo comenzó a idear la trama de ‘Lava’.
“Cuando comencé a pensar en la historia, me pregunté: ¿qué tal si yo pudiera escribir una canción que me hiciera sentir toda esa maravilla y amor que sentí cuando estuve en Hawái?”, anota el director, quien acompañado de una pequeña guitarra, le interpretó a este diario la canción que compuso, como lo hizo el día que le mostró la idea del corto a John Lasseter, la gran cabeza creativa de Pixar Studios, Walt Disney Animation Studios y Disney Toon Animation Studios.
Una de las curiosidades de la canción es el divertido juego de palabras que hace (en su versión en inglés), entre las palabras ‘Lava’ y ‘Love’.
Una de las filosofías de los estudios animados Pixar, desde sus inicios, es la estimulación de un gran semillero de posibles historias, a partir de una sana competencia entre sus empleados, en formato de cortometraje que, además de ser producidos por la empresa, en el fondo ayuda a probar límites de la industria en términos de iluminación, sonido, color o historias, entre otras características.
“Uno de los objetivos que nos propusimos fue crear personajes tan reales como el lugar. Casi que diera ganas de viajar hasta este sitio, que generara una conexión emocional del espectador con las islas. A esto se unió también el interés de lograr mostrar la escala real de los gigantes personajes, que pueden tener varias millas de tamaño”, explica su creador, al resaltar también, en esa misma línea, su interés por plasmar el paso del tiempo.
Para ello, el director comenta que realizaron una larga investigación sobre cómo se crean los volcanes y cómo con el paso de millones de años de cambios geológicos terminan dando origen a las islas.
“Para la animación, nos inspiramos en objetos muy orgánicos. Yo me considero un completo adicto a este mundo de la animación y el interés principal era cómo podíamos combinar todos estos ingredientes del mundo de las islas, los animales, el medioambiente, en esta historia protagonizada por gigantes volcanes, con ambiente polinesio, para conformar lo que podría ser el mejor plato de comida”, concluye el creador, siempre con una sonrisa en su rostro.
Este especial empeño de Pixar por la cultura de los cortos ha sido quizás la clave de su éxito, que tiene en sus inicios la genialidad de visionarios del cine como George Lucas y Steve Jobs, y que comenzó, precisamente, con ‘Luxo Jr.’, aquel cortometraje de culto en la industria de la animación, de la lámpara y la bolita, creado, precisamente, por John Lasseter.
De hecho, muchos de los cortos, tanto de Pixar como de Walt Disney Animation Studios, han ganado el Óscar, como le ocurrió, a principios del año, a ‘Feast’, la enternecedora historia del perrito comelón y su amo.
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