La profundidad que le dio a Batman o la extremada delgadez a la que se sometió en "The Fighter" dan una idea de lo meticuloso y obsesivo que puede llegar a ser Christian Bale, y sin embargo, incluso para él, interpretar al "apasionado" Moisés de "Éxodus" ha sido "agotador".
El actor galés, ganador de un Óscar, suele llevarse a casa a sus personajes durante el rodaje, pero esta vez decidió dejarlo en el plató. "Tuve que cambiar la forma en que suelo trabajar porque me di cuenta de que no iba a poder sostener esa pasión todo el rato", dice en una entrevista con Efe.
Recién llegado de Londres, donde presentó anoche la última superproducción de Ridley Scott sobre la vida y hazañas del profeta bíblico, Bale afirma convencido que un personaje como Moisés, hoy en día, "asustaría mucho a la gente".
"Aquellos eran tiempos más duros, pero si Moisés llegara hoy a esta habitación diciendo 'puedo hablar con Dios, literalmente, y puedo verlo', no creo que casi nadie dijera 'aquí está el profeta, vamos a seguirte', más bien creo que la mayoría se asustaría bastante", subraya.
En su opinión, se trata de un personaje "intoxicador" y que "no deja de sorprender" por sus contradicciones.
"Es por un lado un líder que libera a su pueblo, con un acusado sentido de la justicia y de la lucha por los reprimidos, pero vivió tiempos muy violentos y eso le llevó a usar métodos muy violentos para conseguir sus metas; es alguien increíblemente confiado en sí mismo, pero al mismo tiempo lleno de dudas", expone.
Rodada entre los estudios Pinewood de Londres y en paisajes canarios y almerienses, que el autor de hitos fílmicos como "Alien" o "Blade Runner" convirtió en el Antiguo Egipto de los faraones, "Exodus: dioses y reyes" es bastante fiel a las Sagradas Escrituras en su guión.
La cinta, en cuyo reparto figuran también María Valverde, Joel Edgerton, Ben Kingsley y, muy brevemente, Sigourney Weaver, se remonta a los orígenes del profeta, cuando siendo un bebé fue hallado en el Nilo y trasladado al palacio faraónico, hasta su conversión en el líder que guió al pueblo judío hacia la Tierra Prometida.
Sin olvidar, uno de los momentos más espectaculares del filme, las diez plagas que, según el Antiguo Testamento, Dios hizo caer sobre el pueblo egipcio para liberar a los judíos de la esclavitud.
"Es una historia antigua", dice Bale, "pero hay un motivo por el cual se mantiene en la imaginación de la gente y es que se trata de una historia increíble".
"No creo que la película necesite más relevancia que esa, disfrutar de una historia maravillosa desde un punto de vista humano, pero si quieres ver algo más sobre su conexión con la actualidad, es obvio que hoy siguen los enfrentamientos por la religión y hay revoluciones en el mundo, especialmente en Oriente Medio", reflexiona.
Por otro lado, comenta, el hecho de que se tratara de una historia con tantas fuentes de investigación disponibles, aparte del guión, facilitó su trabajo.
"He visto otras películas -como "Los diez mandamientos" Cecil B. DeMille, con Charlton Heston-, pero sobre todo he leído la Torá -el libro sagrado del judaísmo-, y lo encontré apasionante de principio a fin", dice el actor, ávido lector.
Preguntado por cual de sus trabajos le ha costado más abandonar después del rodaje -el psicópata de "American Psycho", el "Batman" de Christopher Nolan, el de "The Fighter"- Bale se resiste a citar alguno.
"No quiero que suene pretencioso, pero todos son como viejos amigos con los que puedes volver a conectar fácilmente, todos ellos están conectados", dice.
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