Puede que suene como un viejo diciendo esto- y para
quienes no sepan aviso que apenas tengo dieciocho años- pero ya no las hacen
así. Al igual que el resto de las personas, me encanta ser entretenido y sobre
todo reír. Hoy en día las comedias son más locas y obscenas, pero menos
profundas; capaces de sacarte decenas de carcajadas y ninguna sonrisa. No me
malentiendan, yo también disfruto de esas películas- las Jump Street son geniales! Solo que tenía tiempo sin ver una cinta
que me hiciese reír y sonreír, con la cual me sentí como un niño otra vez. Big es esa película.
Cada cierto tiempo, algunos actores tienen la oportunidad
de mostrar sus habilidades nunca antes vistas. Para Tom Hank, ese chance llegó a los 20 minutos de Big, cuando Josh Baskin,
un chico de 12 que desea ser más grande y al día siguiente despierta en el
cuerpo de Hanks a los 30 años. Él es gracioso desde las primeras escenas,
convincente como un niño que recíen descubre estar atrapado en el cuerpo de un
adulto. Pero no es hasta que se parte en llanto cerca del Times Square que Big pasa de ser una comedia más, a una
dulce y divertida película sobre crecer y la importancia de la niñez. Josh
obtuvo su deseo, aun cuando se arriesgó mucho por apresurarse a crecer.
De todas formas le termina yendo bastante bien como
adulto. Después de encontrar un trabajo de entrada, Josh se gana a Mr. Macmillan(Robert
Loggia), el jefe de una compañía de juguetes, gracias a su entusiasmo
infantil. También capta la atención de Susan(Elizabeth Perkins) una joven ejecutiva
con una rígida actitud. Al principio confundida, luego encantada con la
inocencia de Josh y su sala con trampolines, pinball y literas, Susan establece
una apegada relación con el niño en traje de papá.
Eventualmente, Josh choca contra la realidad así como sus
juguetes chocan contra la pared. Él resuelve cómo vivir en el mundo de los
adultos, mas no significa que pertenezca allí. La interpretación de Hank
captura la emoción inicial y luego la desilusión cuando descubre un mundo lleno
de responsabilidades.
Big estalla de vida en momentos como
el famoso dueto de Josh con Macmillan en el gigantesco teclado. ¡Ese es un
momento mágico¡ Con su imaginación y excentricidad, Josh logra inspirar a
otros.
La película
escrita por Gary Ross y Anne Spielberg abre con una serie de
escenas que ilustran las frustraciones diarias de ser un niño, después lleva a
Josh a desearlas de vuelta. La única forma de crecer es por el camino difícil,
incluso cuando la mayoría de las personas, como Susan, pierden mucho en el camino.
Big es tonta, en el buen sentido.
Nunca lo llega a ser tanto como para insultar a su audiencia. En todos momentos
predecible, pero aquí eso no importa. Es una graciosa, inocente y dulce
película que comienza con una simple historia que cada minuto profundiza.
Big obtiene un 4/5.
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