Leonardo DiCaprio, ¿presa de la maldición de los “no Oscars”?

A pesar del éxito cosechado con su interpretación de Jordan Berfort en “El Lobo de Wall Street”, Leonardo DiCaprio se ha quedado a las puertas de conseguir un Oscar… otra vez. Es la cuarta candidatura infructífera para el actor. Antes había estado nominado como mejor actor, por El Aviador, y Diamantes de Sangre y previamente a mejor actor de reparto por ¿A quién ama Gilbert Grape?, pero nunca ha conseguido subir al escenario a recoger su estatuilla. Y es que en esta edición, la competencia era especialmente dura, pero el pobre Leo parece que se va a convertir en uno de los “malditos” de estos premios.

No va a ser el único, claro. Antes que él, la maldición se ha cebado con otros grandes del cine. Alfred Hitchcock, que estuvo cinco veces nominado a mejor director y nunca fue premiado hasta 1967, cuando lo ganó en la categoría del Premio en Memoria de Irving Thalberg, es decir, un premio en reconocimiento a su carrera y su aportación al mundo del cine. Por cierto que este galardón no consiste en la mítica estatuilla dorada, sino que se entrega un busto en miniatura del propio Thalberg.

Más sangrante es el caso de Stanley Kubrick, que de las trece veces que estuvo nominado (él o sus películas) en distintas categorías, solo ganó un Oscar y además uno de los menores, a los mejores efectos visuales, por 2001: una odisea en el espacio.

Esto entre célebres directores. Pero también hay otros actores que, como Leo, no consiguen cuajar. Es el caso de Brad Pitt (tres nominaciones), Julianne Moore (cuatro nominaciones), Johnny Depp (tres nominaciones) o la que más veces ha estado nominada sin buen resultado, Glenn Close (seis nominaciones). Muchas opciones, pero ninguna estatuilla. En fin, menos mal que el buen cine no es solo aquél que cosecha algún Oscar.